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Los errores más frecuentes en franquicia

Para que nuestra franquicia desarrolle una trayectoria positiva en el mercado bajo esta fórmula comercial, es necesario conocer las posibles causas que nos puedan conducir al fracaso.

Siguiendo unas pequeñas pautas de conducta y actuación a la hora de gestionar los ámbitos referentes a la franquicia, las opciones de que nuestra enseña sufra un revés disminuirán considerablemente.

Para ello, y con el fin de evitarlos, resumiremos a continuación los errores más frecuentes que podemos encontrarnos en los procesos de gestión:

1. La escasez de tecnología en la aplicación del know-how de la central franquiciadora, bien por la ausencia del análisis de mercado, bien por la falta de delegación del propio saber hacer.

2. El acogerse a la franquicia como vía de escape ante: capacidad productiva mal dimensionada, pérdidas de cuotas de mercado, aparición de nuevos competidores, crecimiento forzado o desorganizado de la central franquiciadora.

3. La falta de solidez en el aspecto financiero, de recursos económicos, de capital humano o en la estructura societaria. Esto, necesariamente, debe ser adecuado para asegurarnos un progreso positivo en nuestro proyecto.

4. El rigor se posiciona como otro de los elementos esenciales para el beneficio empresarial. Éste debe estar especialmente presente a la hora de seleccionar a los futuros franquiciados, ya que en sus manos quedará la imagen y el prestigio de la enseña.

Además, la insuficiencia de rigor también puede acusarse en la elección del punto de venta, ya sea por mal dimensionamiento técnico, excesiva flexibilidad en las normas o la falta de análisis en las propuestas de los franquiciados.

5. La ausencia de transparencia en nuestras informaciones y acciones solo puede conllevar a una mala relación con nuestros públicos de influencia y los clientes franquiciados.

6. Las lagunas de comunicación entre el franquiciador y el franquiciado, la falta de diálogo o la escasa participación del franquiciado, debilitan la comunicación bidireccional que enriquece esta relación comercial.

7. La falsedad de la información que se comunica, además de romper la dependencia directa, pueden causar un sentimiento de engaño en las expectativas de futuro por parte del franquiciado. 

8. La figura del franquiciador, también debe cuidarse en todos sus ámbitos, sin recaer en una excesiva personalización de la franquicia, evitando de este modo la dependencia de un sujeto.
Sin embargo, esta misma figura tiene que adoptar una amplitud de miras hacia su mercado potencial de clientes, sin centrarse en el franquiciado como único receptor de sus acciones.

9. En numerosas ocasiones, existen desequilibrios en el tamaño del franquiciador-franquiciado, que no pueden ser usados como arma de desconsideración ante el franquiciado.

10. Recordemos la importancia de que el modelo de negocio sea estudiado, analizado y controlado constantemente, para que todos sus eslabones se desarrollen sin incidencias. De esta forma, la falta de innovación o los fallos en la definición de nuestra propuesta de valor, serán fácilmente evitados.

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